Seguramente habrás escuchado la frase “Si no sabes a dónde quieres ir, llegarás a otro lugar”. Y es que, si no tenemos un rumbo a donde dirigirnos, cualquier destino será bienvenido o todo lo contrario. En tu negocio, el no tener claro el rumbo es tomar mucho riesgo, lo que pudiera ser desastroso no sólo para ti, sino también para tus empleados, proveedores y clientes.
FIJAR LOS OBJETIVOS
En nuestra vida, constantemente nos planteamos objetivos: estudiar una carrera, un viaje, comprar un coche, casarnos, tener hijos, etc. Lo mismo sucede en nuestros negocios: vender a mayoreo/menudeo, vender al extranjero, contar con 3 diferentes proveedores, disminuir el costo de ventas, estar por arriba del punto de equilibrio en cierto tiempo, incrementar la utilidad neta, entre muchos otros. En este sentido, es de vital importancia que la dirección del negocio determine, previo análisis del entorno y con base en el desempeño de la empresa, los objetivos que serán perseguidos en un largo (5 años), mediano (3 años) y corto plazo (1 año). Al plantear los objetivos, debemos tener en mente que éstos serán comunicados a todos los trabajadores de la empresa, ya que ellos enfocarán todos sus esfuerzos en su quehacer diario para cumplir con esos objetivos, por lo que deben ser claros, concretos y sencillos. Existe una máxima en finanzas que indica: “no se puede administrar lo que no se puede medir” por lo que, haciendo alusión a esa máxima, también se deberán determinar los indicadores idóneos para cada objetivo y así poder evaluar (administrar) su cumplimiento y, en su caso, recompensar a sus empleados.
LOS PRESUPUESTOS
Es un documento que integra en términos monetarios el desarrollo de cada uno de los objetivos planteados, empezando por las ventas y siguiendo con los recursos requeridos para crear o proporcionar los productos y servicios estimados. Se obtendrán de este desarrollo las proyecciones de los estados: de resultados, de la situación financiera (balance general) y de flujo de efectivo. Posteriormente, se van a ejecutan esos presupuestos y se evaluará su cumplimiento. Al final, la menor desviación de lo ejercido respecto de lo planeado es lo que se busca obtener, situación que periodo a periodo permitirá lograr los objetivos planteados y administrar correctamente a la empresa, mediante una sólida planeación y un mecanismo de motivación para la administración y los trabajadores de la empresa.
Conociendo con cuáles recursos económicos, tecnológicos y humanos cuentas y rodeándote de las personas adecuadas, para definir los objetivos y caminos para alcanzarlos, te sorprendería hasta dónde puede llegar tu negocio.
Como lo decía J.P. Morgan: “El primer paso para llegar a un lugar, es decidir que no estás dispuesto a quedarte donde estás”.
En González de Araujo Consultores estamos listos para fijar contigo el rumbo y ayudarte en el camino a alcanzar las metas de tu negocio.