Cuando estábamos en la primaria, era común que al final de la clase la maestra nos dictaba la tarea para el día siguiente. Ahora bien, si al final del curso hubiéramos comparado esa libreta con aquellas tareas que realmente hicimos, nos hubiera dado una muy buena idea de la planeación del curso y lo que esperaba la maestra de nosotros, así como de nuestros posibles resultados. Algo similar sucede con los estados financieros (EEFF), ya que pueden ser proyectados y luego contrastados con lo realizado en un mes o un año.
OBJETIVO DE LOS EEFF
El objetivo principal de los EEFF es la toma de decisiones, mismas que pudieran ser tan variadas como los propios interesados en esa información: proveedores, clientes, bancos, accionistas, reguladores, el fisco y la administración de la empresa. Para conocer la posición financiera y el desempeño de una empresa se requiere que la información que se genere se encuentre ordenada y estructurada siempre de la misma forma, con base en unas normas conocidas como NIIF. Los EEFF básicos son 4: estado de resultados, estado de la situación financiera (balance general), estado de flujos de efectivo y estado de cambios en el capital contable (más las notas a esos EEFF).
EL ESTADO DE RESULTADOS Y EL BALANCE GENERAL
El estado de resultados nos refleja el desempeño durante un periodo y, en términos generales, podría resumirse en: . Los ingresos incluyen las ventas totales y se le restan las devoluciones sobre ventas (si existieran). Por costos debemos entender el costo de ventas, es decir, al momento en que tenemos el inventario inicial de artículos terminados y el costo de producción del periodo, restamos el inventario final de artículos terminados. Por gastos debemos entender aquellas erogaciones como gastos de administración y ventas, mismos que no están relacionados con la producción, sino con las ventas del bien o servicio ofertado. Al final, si el precio de venta multiplicado por la cantidad de servicios o productos vendidos supera a los costos, gastos e impuestos asociados a esos ingresos, se obtendrá una utilidad.
El balance general nos refleja lo que posee la empresa y la forma en que ésta se financia a una fecha determinada y podría resumirse en: . Los activos representan a los bienes y derechos que tiene una empresa y de los cuales se espera obtener beneficios futuros. Por su parte, los pasivos son las obligaciones de pago con las que una empresa financia su actividad y le sirve para pagar sus activos. El capital contable o activos netos es el resultado de las inversiones de los propietarios, conformado tanto por las inversiones iniciales como por las ganancias obtenidas por el buen desempeño de la empresa, mismas que provienen del estado de resultados.
Los otros EEFF básicos, si bien son de gran relevancia por el detalle de la información que proporcionan, se derivan de los dos EEFF que acabamos de describir. El estado de flujos de efectivo separa en 3 actividades la generación o el uso del efectivo de la empresa: actividades de operación, de inversión y de financiamiento; el resultado final de este estado deberá coincidir con el saldo en la caja o en bancos del balance general. Por su parte, el estado de cambios en el capital contable es aquel que muestra las variaciones del patrimonio de los accionistas durante el periodo.
Claude Lévi-Strauss decía que “al conocimiento del pasado le atribuimos la capacidad de permitirnos comprender el presente y ese presente nos sirve para hacer previsiones sobre el futuro”. Los EEFF aún y cuando reflejan el actuar de la empresa en el pasado, nos permiten sentar las bases para planear el futuro, tomando decisiones encaminadas a incrementar la rentabilidad y las utilidades de la empresa y de los accionistas.
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